El poder y las riquezas

En medio de una sociedad materialista, nuestro futuro está siendo guiado por un deseo incontrolable de dinero y poder, tanto así que a diario vemos casos de corrupción en todas partes. Las personas están perdiendo cualquier sentimiento de culpa al tener que aprovecharse de los más indefensos con tal de conseguir sus propósitos mezquinos de grandeza y dinero. Mientras que en muchos lugares se predica sobre la prosperidad y que debemos ser unos ganadores en todo lo que hacemos, o que debemos sembrar mil dólares para que Dios nos de cien veces mas, en esta ocasión analizaremos a la luz de la biblia cuál es la realidad acerca de este tema y las consecuencias de la ambición.


 ¿QUE DARÁ EL HOMBRE POR SU ALMA?

15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.

17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?

18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;

19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.

20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?

21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.

Lucas 12: 15 - 21

Al evocar esta parábola dicha por Jesús nos trasladamos a contemplar la vida de mucha gente que camina bajo un frenesí de ambiciones albergado en su corazón.

A través de los tiempos porque así la historia y la Biblia nos testifican, han surgido y desaparecido hombres que no han reparado en modo alguno con tal de conseguir, poder y riquezas.

Reyes, emperadores, presidentes, funcionarios de toda clase, hasta terminar con el más humilde ser de una sociedad, han llenado sus vidas con una ambición desmedida por conseguir grandes riquezas.  Unos han trabajado de sol a sol, ahorrando hasta el último centavo de sus ganancias, otros amparados en cargos que el poder público les otorga simplemente han alargado sus manos a las arcas y se han enriquecidos ilícitamente como el publicano Mateo.


Actualmente en el desempeño del siglo XXI la única meta del hombre es la riqueza y el poder. Se lo prepara desde muy niño, se acondiciona su mente y su conciencia para ser un “triunfador”. Todo está permitido se le dice, lo único que importa es que llegues y puedas coronar.

Libros motivadores, textos para hacerse rico, baños de suerte para sacarse la lotería, y una última instancia asaltos a mano armada, son la gama de opciones para enriquecerse.

El personaje de está parábola se sintió satisfecho con el fruto de su trabajo y festejó a su alma deseándole muchos goces en esta vida, pero al igual que todos aquellos que creen que se “realizan” en esta vida a través de triunfos materiales, había olvidado que “No solo de pan vivirá el hombre” por cuanto en esta vida todo es pasajero como dice la Escritura en cuanto a la posesiones que el hombre amasase sobre esta tierra.

27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,

Hebreos 9: 27


Tendremos que enfrentar la muerte, y no depende de las posesiones que tengamos en esta vida lo que nos espera en la vida por venir.  De que me vale haber codiciado y obtenido las riquezas de este mundo, si haciendo esto me olvidé de Dios, de Jesucristo y lo que hizo en el calvario y cuando muera solo me espere el horror de la condenación.

Hoy es el día de la salvación dice la Biblia: “…Esta es la palabra de fe que predicamos:

que si confesares con u boca que Jesús es el Señor, y creyeres: en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”  

Romanos 10: 9-10

Demos gracias a Dios por la vida, ya que aún tenemos esperanza. Si hemos estado desviados del camino que nos conduce a la vida eterna este es el momento para enmendarnos y arrepentirnos de corazón para que el Señor nos perdone.  Que el Señor bendiga su vida y su ministerio.


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