¡Esto es lo que pocos te dirán! y lo que todo cristiano debe saber

Hoy en día encontramos un sin número de prédicas motivadoras que te enseñan a ser un triunfador en esta tierra. Esto sin mencionar aquella secta que enseña que no existen el cielo y el infierno haciendo que el hombre eche raíces muy profundas en el mundo material y convirtiéndose en testigos falsos. En esta ocasión veremos lo que la biblia enseña acerca del reino de Dios.   

porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Romanos 14:17

 

Reino de Dios. Es el soberano gobierno de Dios, manifestado en la persona de Cristo, para derrotar a sus enemigos, y crear un pueblo sobre quien reinar en un ámbito de justicia, gozo y paz. Solo los que experimenten el nuevo nacimiento, y se sometan voluntariamente a la autoridad de su palabra pueden pertenecer al Reino de Dios.

¹⁰Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

¹¹Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

2 Pedro 1:10-11

 

¿Cuál es la evidencia que tenemos para decir que el reino de Dios se ha establecido entre los hombres?  Aferrándonos a la palabra de Dios, la cual es verdadera, ella nos dice por medio de Juan, el Bautista:

²⁹El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

³⁰Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.

³¹Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.

³²También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.

³³Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.

³⁴Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. 

Juan 1:29-34

 

Los más grandes líderes religiosos de Israel, aquellos a quienes se les había encargado que enseñen la palabra de Dios a la nación, estaban siendo confrontados por medio de la misma palabra y las señales que el Señor Jesús hacía en medio del pueblo; estos líderes religiosos sentían amenazados todos aquellos privilegios que habían alcanzados como “maestros” sobre Israel, y trataban por todos los medios de protegerlos.

Para ellos, aquel carpintero que se llamaba así mismo Hijo de Dios, que convulsionaba al pueblo y que continuamente los avergonzaba en público, representaba un gran peligro al cual debían tratar de desacreditar. Debido a esto, trataban en todo momento de hacer aparecer las obras y milagros que el Señor hacía, como obras hechas por medio del demonio; pero las respuestas del Señor siempre los dejaba sin argumentos para seguir acusándolo.

Israel, tenía conocimiento en cuanto al Espíritu Santo de Dios; sus profetas siempre habían profetizado cuando el Espíritu de Dios descendía sobre ellos; en los libros de Moisés y los profetas se testificaba sobre el Espíritu obrando poderosos milagros; por tanto, Israel sabía bien que cuando el Espíritu descendía, era Dios quien hablaba y visitaba a su pueblo.

Pero, las manifestaciones del Espíritu no eran permanentes, por cuanto el Espíritu Santo no habitaba de continuo en medio de los hijos de Israel, sino que de cuando en cuando descendía sobre algunos de ellos.  Mas, la profecía señalaba que, en el Ungido del Señor, la presencia del Espíritu habitaría permanentemente; en consecuencia, Cristo, como dice la misma profecía cumpliría el mandato para el cual fue enviado por su Padre, el cual sería establecer el reino de los cielos entre los hombres.

El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ungió Dios; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

Isaías 61:1

Y en cumplimiento a ese mandato de su Padre, el Señor Jesús se manifestó abiertamente ante los hijos de Israel, como el Mesías prometido; y el Espíritu del Señor estaba sobre él. Estando en la ciudad de Nazaret, en cierto día de reposo, en una sinagoga, se le dio el libro del profeta Isaías; y después de haber leído Isaías 61:11; Jesús declaró:

El Espíritu del Señor está sobre mí,

Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;

Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;

A pregonar libertad a los cautivos,

Y vista a los ciegos;

A poner en libertad a los oprimidos;

Lucas 4:18

 

En cierta oportunidad sanando el Señor Jesús a un endemoniado ciego y mudo, soportó la acusación de los fariseos que decían murmurando: “Este echa fuera los demonios por Beelzebú, príncipe de los demonios”; para lo cual Jesús conociendo los pensamientos de ellos los confronta y les dice: Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo pues permanecerá su reino? Mateo 12:26

De inmediato les declara públicamente: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.” Mateo 12:27

El Santo Espíritu, era la señal más clara que el reino de Dios, estaba presente en la persona del Señor Jesús, por cuanto había sido Ungido por su Padre con la presencia permanente de su Espíritu; y el Señor Jesús, a pesar de que en la eternidad es Dios, ahora como hombre en obediencia al Padre, establecía en este mundo el reino de los cielos.

¹³el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,  

¹⁴en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Colosenses 1:13-14