Piedras vivas

 

Una de las principales preocupaciones de todo pastor o ministro de Dios es cómo edificar una iglesia. Para tener la respuesta debemos entender que la verdadera iglesia de Cristo es un cuerpo espiritual vivo, que debe ser sobreedificado en los fundamentos que nos enseñó en primer lugar Jesucristo y luego sus apóstoles.

SOBREEDIFICANDO EL TEMPLO CON PIEDRAS VIVAS

 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

                                                                                             1 Pedro 2:5

Ahora bien, cada hijo de Dios es llamado en la Biblia como una piedra viva; y es éste “material” el que los “constructores de Dios” van a usar para la edificación de la casa del Señor.  Pero es imprescindible que estos mismos constructores entiendan, que esas “piedras” son personas y también hijos de Dios.

Cada una de ellas representan un mundo diferente, por tanto, para que sirvan mejor en el edificio de Dios, no deben ser perfeccionadas todas de la misma manera, y peor aún maltratadas y obligadas a permanecer como “niños espirituales”, negándoles el respectivo crecimiento que como todo hijo de Dios necesita.

Queremos primeramente dejar en claro, que la casa de Dios no es el lugar donde los santos se reúnen para adorar a Dios e inquirir en su palabra, llámense estos: templos, locales alquilados, o casas facilitadas por hermanos para que allí se celebren las reuniones; estos son lugares donde momentáneamente mientras la iglesia adora adquieren un carácter de santo, pero que posteriormente cuando la iglesia deja de adorar, vuelve a ser un lugar común y corriente.  Se que a algunos no les gustará esta expresión, por cuanto han hecho de estos lugares, motivos de idolatría y se ha llegado a tal expresión idólatra, que inclusive han dividido estos locales:  en lugar santo, y en lugar santísimo.

El lugar santo es para los miembros; aquellos que no tienen ninguna posibilidad de algún día dejar las sillas o las bancas a las que los han encadenados sus “ministros”; ellos no pueden pensar   siquiera en acercarse al lugar santísimo, porque el fuego de Dios los consumiría; eso les han enseñado sus pastores.

El lugar santísimo es para los pastores, o como dicen “los ungidos de Dios”, y solo ellos pueden sentarse en las sillas o sillones que han colocado en ese lugar.  Pero para las mujeres es mucho más grave el asunto, por cuanto dicen algunos que cuando ellas están en su periodo normal de menstruación están inmundas, y si se acercan al lugar santísimo lo contaminan y esto es abominación para Jehová.  Pobres hermanas, y si Cristo viniese por su iglesia en el día que le tocó menstruar, seguro se van a quedar.

A través de todos los años de ministerio que el Señor me ha permitido servir, he sido testigo de iglesias evangélicas que se han levantado y que han funcionado en un lugar, y que luego, posteriormente por que se han cambiado a un lugar propio o sencillamente a otro más grande, han abandonado el antiguo local; y este, luego de haber sido un lugar de adoración a Dios ha sido convertido en un antro de perdición por los nuevos inquilinos.

Por este motivo, y por otros que más adelante te vamos a comunicar amado hermano, te decimos, que el lugar donde se reúne la iglesia no es la casa de Dios.  Respetamos tu sentir, pero los que de esta forma te enseñaron están en un error, y es nuestra obligación con todo amor advertírtelo, para que no caigas también en el mismo error de enseñárselo a otro.

Después de especificar que el lugar donde se reúne la iglesia no es la casa de Dios, queremos enfatizar que el templo de Dios no es físico sino espiritual, y está constituido por todos aquellos que hemos recibido al Señor Jesús como nuestro Señor y Salvador.

Al ser la casa del Señor un organismo espiritual, la edificación de ella también debe de ser espiritual; y el material que se use a pesar de estar constituido por personas, también debe de ser espiritual. Por tanto, Dios va a usar solo a colaboradores espirituales en la edificación de su iglesia.

edificó con las piedras un altar en el nombre de Señor; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano  

1 Reyes 18:31-32

Tomado del Libro Constructores de la casa de Dios Apóstol Bolívar Guerrero  

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