¿Cómo cambiar la duda por confianza?
7 La ley del Señor es perfecta, que convierte el alma;
8 Los mandamientos del
Señor son rectos, que alegran el corazón;
9 El temor del Señor es limpio,
que permanece para siempre;
10 Deseables son más que el
oro, y más que mucho oro afinado;
11 Tu siervo es además
amonestado con ellos;
Salmo 19: 7-11
Ocasionalmente, todo creyente
enfrenta ese momento de duda en su vida. Después de orar mucho tal vez no
obtenemos la respuesta que quisiéramos, o comenzamos a tener problemas por ser
obedientes a Dios, o la lluvia de críticas nos hacen dudar que estamos dentro
del plan de Dios.
Cuando se presentan estas dudas en
nuestras vidas, evidentemente comenzamos a tener problemas en lo espiritual.
Lo primero que se puede ver obstaculizado es nuestra comunión con Dios. Cuando nuestra fe es golpeada de inmediato aparece la inseguridad.
17 Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
Mas el justo por la fe vivirá.
Romanos 1: 17
6 Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea
que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11: 6
Nuestra vida de oración también se puede ver comprometida ante la duda. Debemos tener claro que lo imposible se vuelve posible para quienes creen en Dios.
21 Respondiendo Jesús,
les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis
esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el
mar, será hecho.
Mateo 21: 21
Nuestro servicio en la obra del Señor puede decaer cuando dudamos. La obra del Señor es de una magnitud inmensa y nos han sido encomendadas tareas muy importantes a cada uno de sus hijos. La promesa es que el Espíritu Santo nos da las fuerzas para cumplir nuestra labor en la obra del Señor. Pero si dudamos no lo podremos hacer.
El Señor nos ha llenado de toda bendición
espiritual. La duda nos aleja del gozo que Dios nos da y de la paz que solo en Él
podemos experimentar.
27 La paz os dejo, mi
paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón,
ni tenga miedo.
Juan 14:27
El decaimiento espiritual puede ser causa de diversas fuentes: un pecado y el sentimiento de culpa; una visión corta de la obra de Dios; una confusión o falta de conocimiento sobre las verdades bíblicas. Si ha tenido estos problemas y la duda ha visitado su vida, le recomendamos seguir estos pasos:
En primer lugar, identifique la causa
de la duda. De esta manera sabrá en que área necesita trabajar.
Recuerde un momento difícil que usted
pasó en el que Dios fue su refugio y lo sostuvo hasta ser restaurado.
Reconozca una promesa o una de las
cualidades del Señor que le marquen el sendero para regresar a la fe.
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