¿Cómo encontrar el valor para enfrentar las pruebas de la vida?

 

El valor para enfrentarse a las pruebas

⁶ Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.

⁷ He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

⁸ Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

2 Timoteo 4:6-8

Los relatos bíblicos muestran el valor que tuvo el apóstol Pablo al enfrentar las pruebas. Desde que comenzó su ministerio pasó por pruebas muy duras; fue atacado por líderes religiosos, acusado por magistrados y golpeado por turbas. A pesar de todo, él se mantuvo firme en su fe. ¿Cómo pudo hacer esto?

Revisemos cuál fue el proceder de Pablo. Cuando vino a Corinto el menciona que habló con temor (1 Corintios 2:3). Llegó al punto de ser abrumado más allá de la capacidad que tenía para soportar (2 Corintios 1:8). En cierta ocasión su temor llegó a ser tan grande que un ángel tuvo que exhortarlo a no tener miedo (Hechos 27.24). Y a todo esto debemos tener claro que Pablo era humano como nosotros.

Pero ¿qué era eso que hacía que Pablo se mantenga firme? En cualquier lugar en que el apóstol se encontrara, Dios estaba respaldándolo. Él confiaba totalmente en que era el Espíritu Santo quien lo estaba guiando, y se sentía confortado por la seguridad de que el Señor estaba a su lado (Hechos 18.9). Aunque todo indicaba que Pablo estaba solo contra todos sus acusadores, reconoció que el Señor lo seguía acompañando. Con el Dios Todopoderoso de su parte, Pablo no tenía nada que temer.

En todo momento debemos tener en mente que pertenecemos a Jesucristo, y Dios nos da la seguridad de que siempre está con nosotros. Además, tenemos la promesa de nuestro Salvador de que estaría con nosotros todos los días hasta el fin, y al Espíritu Santo quien está permanentemente con nosotros. Al abrazar y atesorar estas verdades, encontraremos el valor para poder enfrentarnos a cualquier prueba que pueda presentarse en nuestras vidas. Nuestro deseo es que el Señor lo bendiga a usted y que en Él encontremos el valor para enfrentarnos a las pruebas.